in Boletín de Filología
La “hercúlea tarea” de enseñar la pronunciación del inglés a españoles: contribución a la historia de las pronunciaciones figuradas
Resumen:
Este artículo trata de la descripción articulatoria y del sistema de notación para representar las “pronunciaciones figuradas” que aparecen en la Novísima gramática para aprender a leer, hablar y escribir rápida y correctamente el idioma inglés (1886) y en el Compendio de la Novísima gramática (1887) del reverendo protestante de origen español y afincado en Puerto Rico Zacarías Vall Espinosa. Se trata de una contribución a la historia de la enseñanza de la pronunciación inglesa.
INTRODUCCIÓN
Nota de autor 1
Desde que Sofía Martín Gamero (1961) publicara La enseñanza del inglés en España, numerosas investigaciones se han ocupado de la producción textual del inglés destinada a españoles, si bien pocas tratan sobre las obras realizadas en Hispanoamérica con el mismo fin. Por otro lado, la mayoría de estos estudios abordan los contenidos relativos al léxico y a la gramática y relegan los relativos a la enseñanza de la pronunciación. Estas páginas tienen como objetivo contribuir a la historia de la enseñanza del inglés en Puerto Rico a través de la obra de Zacarías Vall Espinosa, profesor de inglés de origen español que incluyó en sus páginas la pronunciación figurada del inglés para ayudar a sus estudiantes a adquirir la competencia oral.
Entre 1886 y 1887, el reverendo catalán afincado en Puerto Rico, Zacarías Vall Espinosa publica una Novísima gramática para aprender a leer, hablar y escribir rápida y correctamente el idioma inglés (Ponce, Establecimiento Tipográfico El Comercio 1886) y un Compendio de la Novísima Gramática para aprender a leer, hablar y escribir rápida y correctamente el idioma inglés (Ponce, Tipografía “El Vapor” 1887). El método de Vall Espinosa está formado por un vocabulario temático o nomenclatura, una gramática, unos diálogos, refranes, varios modelos de correspondencia y unas indicaciones sobre pronunciación.
En español y utilizando como método la comparación entre las dos lenguas, repasa los parecidos y diferencias entre las letras inglesas y las españolas y, dado que, como es habitual en los textos históricos, impera el correlato o la relación entre grafías y pronunciación, describe, con no pocas limitaciones, las diferentes articulaciones, con listas de reglas y excepciones, de las vocales, de las consonantes, de los diptongos y de las “voces deletreadas de un mismo modo y pronunciadas de distinta manera según el significado que llevan” y señala las diferencias en la naturaleza y colocación del acento. Para completar su explicación, incluye en el vocabulario temático la “pronunciación figurada en justa-posición” (Vall Espinosa 1886: 6).
Este artículo, tras presentar el contexto en que fue elaborado, aborda la enseñanza de la pronunciación inglesa en el método Vall Espinosa, lo que supone una interesante contribución a la historia de la enseñanza de segundas lenguas en general y a la Historiografía de la fonética y de la fonología en particular 2 .
1. CONTEXTO
1.1. La enseñanza de inglés en el Puerto Rico decimonónico
Zacarías Vall Espinosa 3 , siguiendo la labor emprendida por otros muchos maestros de lenguas, pretendía crear para la enseñanza del inglés “la metodología perfecta que, en un tiempo determinado y sin demasiado esfuerzo, permitiera aprender el uso de la lengua en los diferentes contextos de la vida diaria” (Gallardo Barbarroja 2002: 92). Pero Vall Espinosa no fue el único en la isla que se dedicó a adiestrar a sus alumnos para “aprender a leer, hablar y escribir rápida y correctamente el idioma inglés”.
La convulsa situación política y social que se vivió en la Península y en las colonias durante el siglo XIX no impidió que el gobierno español promulgara una serie de medidas para ordenar y estructurar la enseñanza en Puerto Rico (sobre todo a partir de la Constitución española de 1812) en donde estuvo muy presente la formación de niños, adultos, mujeres, criollos, negros y esclavos (Cfr. Coll y Toste 1910, Cruz Monclova 1979, Cuesta Mendoza 1974, Ferraz y Calero 2007, López Borrero 2005, López Yustos 1984, Ossenbach 1994, Osuna 1949, Zamorano Genovés 1988).
Durante toda la centuria, se crearon diversas instituciones que tenían como objetivo ampliar y desarrollar la educación de Puerto Rico e incrementar, a través de ellas, “el orden, la censura y el control ideológico necesarios para evitar ‘todos los peligros’ y hacer de los habitantes ‘vasallos fieles del rey’” (Ferraz y Calero 2007: 153).
La fundación y creación de la Sociedad Económica de Amigos del País (1813) 4 , de la Real Academia de Buenas Letras (1851 y 1865) 5 , de las escuelas rurales (a partir de 1856), del Colegio de San Ildefonso (1860), del Instituto Civil de Segunda Enseñanza (1873 y 1882), del Ateneo Puertorriqueño (1876), de la Asociación de Damas para la Instrucción de la Mujer y la formación de maestras (1880), de la primera escuela rural para niñas (1880), de la Escuela Profesional (1883) o del Instituto Libre de Enseñanza Popular (1888) son buena muestra de la labor de educación e instrucción que se llevó a cabo, con no pocas dificultades, en la isla 6 , si bien esta política lingüística fue:
diseñada y aplicada por las autoridades españolas para evitar cualquier brote disidente, resistente o explícitamente independentista. No eraalgo nuevo en el panorama adoctrinador desplegado por la metrópoli, pero sí debemos convenir en que tomó renovados perfiles por ser una […] plaza estratégica para la política militar hispana (Ferraz y Calero 2007: 156-157).
Estas instituciones y sus deseos de crear y fortalecer la educación pública en Puerto Rico no pudieron salvar, sin embargo, el índice de analfabetismo que presentaba la isla en 1898: el 80 % (cfr. Comisión de Instrucción de la Cámara de Representantes de Puerto Rico 1961). Diversos factores como la falta de escuelas, la insuficiente formación de los maestros, el elevado número de zonas rurales, la carencia de recursos y la situación política, económica y social cercenaron el progreso de la instrucción de la población isleña.
Pese a todo ello, en Puerto Rico se hacía necesaria la enseñanza de lenguas extranjeras, especialmente del francés y del inglés, pues la estratégica situación de la isla, el incentivo económico que provocaban las explotaciones cafeteras y azucareras, la situación política y económica de España y de otras islas antillanas, los deseos expansionistas de Inglaterra, Estados Unidos y Francia, la revolución haitiana y la Cédula de Gracias 7 indujeron
En Puerto Rico, además, a la urgencia por aprender lenguas que imponía esta nueva situación se sumó la inclusión de la enseñanza de lenguas vivas que, dentro de los “estudios generales” del segundo periodo en que se organizaba la segunda enseñanza, contemplaba la Ley general de Instrucción pública de 1857 firmada por Claudio Moyano (cfr. Ministerio de Fomento 1858: art. 5º). Se unían, pues, legislación y realidad lingüística.
Estas clases de lenguas extranjeras se impartieron en el Seminario Conciliar (francés), en el Instituto Civil de Segunda Enseñanza (con cátedras de francés y de inglés), en el Ateneo (francés, inglés y alemán), en el Colegio San Juan Bautista de Maricao (francés e inglés, 1882), en el Colegio Central de Ponce (francés e inglés, 1883), en el Colegio de la Concepción de San Juan (francés e inglés, 1884), en el Colegio de Nuestra Señora de las Mercedes de Arecibo (francés e inglés, 1884) y en el Colegio del Dulce Nombre de Jesús de Caguas (francés e inglés, 1884). Y, desde 1878, en la Escuela de Idiomas de San Juan (italiano e inglés) (Cruz Monclova 1979: 832 y ss.).
La enseñanza de estas lenguas vivas se centraba, al igual que ocurría en la Península, en los contenidos gramaticales, traducción y redacción, y, solo a finales de la centuria, se incluyó también la lengua oral. Los libros de texto que, según el (Real) Consejo de Instrucción Pública, debían ser los designados por los profesores 10 presentaban pocas novedades con respecto a los de las décadas anteriores y solían incluir reglas gramaticales y variadosrepertorios léxicos que el alumno tenía que memorizar, y algunas prácticas y ejercicios de traducción de los escritores clásicos. En la segunda mitad de la centuria empiezan a publicarse y utilizarse, dentro y fuera de las aulas,
otros métodos de enseñanza de lenguas que pretenden una renovación del sistema tradicional a través, por un lado, de la simplificación y reducción de la teoría gramatical y, por otro, del fomento y uso de modelos reales de habla.
No extraña, en este sentido, que en el Instituto Civil de Segunda Enseñanza se utilizaran para la enseñanza del inglés y del francés respectivamente (al menos en el curso 1883-1884) los métodos de Ollendorff y de Eduardo Benot
11 (López Yustos 1984: 86-87).
En este contexto, Zacarías Vall Espinosa quiso hacer también su contribución a la enseñanza del inglés a estudiantes puertorriqueños, y para ellos compuso, prescindiendo “de todos los métodos existentes, por razón de que están redactados para inteligencias superiores” (1886: 5), una Novísima gramática (1886) y un Compendio de la Novísima gramática (1887), textos que, según su autor, son nuevos y originales en la enseñanza de inglés a españoles.
2. BIOGRAFÍA DE ZACARÍAS VALL ESPINOSA
Aunque pocos son los datos que tenemos sobre la vida de Zacarías Vall Espinosa 12 , podemos afirmar que debió nacer en Barcelona en torno a 1850 y que de allí debió emigrar a Inglaterra. Tras formarse en el Saint Augustine’s College de Canterbury, centro de misioneros de la Iglesia anglicana, debió marchar como reverendo protestante a Jamaica, donde desarrolló, según consta en las portadas de sus obras, labores como ecónomo en la primera catedral anglicana fuera de Inglaterra 13 . En 1876 debió marchar a Ponce como rector de la Iglesia de la Santísima Trinidad durante ocho años (Ruiz, s. a.: 2), ciudad en la que además “establece la primera escuela privada, donde los niños de familias pudientes enviaban a sus hijos, especialmente para aprender inglés” (Reus García 1969: 6) 14 .
En 1885 dejó su cargo en la iglesia protestante de Ponce por, según él, desavenencias con su sustituto, el reverendo B. Noel Branch, y fue nombrado rector de la Iglesia episcopal de Santiago, perteneciente a la diócesis de Nueva York, para sustituir a su fundador, Joaquín de Palma (Danner 2013: 654), y en los siguientes años se ocupó del gobierno de las comunidades adscritas a diferentes parroquias y congregaciones (bautistas, metodistas y episcopales) que exiliados criollos de habla hispana en Estados Unidos
habían ido formando en las décadas precedentes. Además de su labor evangelizadora, Zacarías Vall siguió dedicándose a la docencia de español.
En junio de 1893 Zacarías Vall renunció a su cargo. Debió regresar a Puerto Rico, pues en diciembre de 1898 el periódico La democracia informa de que el Gobierno de la Isla había aprobado el plan de estudios para el curso 1898-1899 del Colegio Central Ponceño, en donde Vall figura como responsable de las clases de inglés. Parece, pues, que su origen y su formación le permitieron dirigir oficios religiosos tanto en inglés como en español 15 , así como enseñar la lengua inglesa a los jóvenes de Puerto Rico.
3. LA ENSEÑANZA DE LA PRONUNCIACIÓN
Vall Espinosa dedica un apartado importante en su producción textual al componente oral. Entiende el profesor que la enseñanza de la pronunciación inglesa a sus estudiantes es fundamental, junto a la gramática y al léxico, en el proceso de aprendizaje. Es por ello que los textos de Vall Espinosa constituyen una contribución en el ámbito del español con el inglés a la Historiografía de la fonética y de la fonología.
Aunque menos presente en los estudios historiográficos que otros niveles lingüísticos, el plano fónico ha sido protagonista en las últimas décadas de trabajos que han permitido reconstruir la historia de la fonética y la fonología, de sus textos y autores, de sus métodos, de su nomenclatura… en suma, de sus principales aportaciones. En el ámbito español contamos con trabajos sobre la pronunciación en Antonio de Nebrija, Lorenzo Hervás y Panduro, Andrés Bello, Gregorio Mayans, Antonio Bordazar, Vicente Salvá, la Academia Española o en la sordomudística y, en el ámbito de las lenguas extranjeras, a aprender cómo se han enseñado los sonidos de otras lenguas a los españoles o cómo se han mostrado los sonidos del español a hablantes de otras variedades lingüísticas (Jacques de Liaño, Baltasar de Sotomayor, Pierre Paul Billet, Pierre Nicolas Chantreau, Matías Rueda y León, Antonio Galmace, Francisco Cormon, Claude Marie Gattel, Francisco Piferrer, Joaquín Domínguez, Vicente Salvá, Domingo Gildo, Nemesio Fernández Cuesta, Bonifacio Sotos Ochando, Julián Moreno-Lacalle, Pedro Pineda- Juan Steffan-Thomas Connelly, Hipólito San José Giral Delpino, Raimundo del Pueyo, Jorge Shipton, Guillermo Casey, Antonio Bergnes de las Casas, Pifferrer, José de Urcullu, Eduardo Martín Peña, Antonio Bergnes de las Casas, John George Brown, diversos métodos de enseñanza, guías de conversación) 16 . Muchos de estos autores optaron también por incluir entre estos contenidos pronunciaciones figuradas, recurso que ayudaría y facilitaría la adquisición del componente oral y que, para Vall Espinosa, es un forma útil y práctica para mostrar las peculiaridades fónicas del inglés y sus diferencias fundamentales con el español 17 .
Es indudable que estos textos han supuesto una importante contribución para esta disciplina –pese a ser una de las más descuidadas históricamente por los especialistas, más preocupados por la gramática o la lexicografía–, pero también queda fuera de duda que este panorama puede completarse con la descripción que proporcionan los textos compuestos en otras áreas geográficas y en otras cronologías. Con este objetivo nacen las siguientes páginas: presentar las descripciones articulatorias, la caracterización del acento y de la entonación y el sistema de notación para representar la “pronunciación figurada” que se encuentran en los manuales de Vall Espinosa.
3.1. La pronunciación en la obra de Vall Espinosa
Como se ha dicho, Zacarías Vall Spinosa o Espinosa publicó en Ponce a finales del siglo XIX una Novísima gramática para aprender a leer, hablar y escribir rápida y correctamente el idioma inglés (Establecimiento tipográfico El Comercio 1886) y de un Compendio de la Novísima gramática para aprender a leer, hablar y escribir rápida y correctamente el idioma inglés (Tipografía El Vapor 1887) 18 . Su deseo era componer “un método de enseñar el inglés, que estuviera al alcance de las inteligencias juveniles” (1886: 5) destinado a “los principiantes y aquellos que tienen que viajar a un país inglés sin conocer profundamente el idioma” (1887: portada).
La gramática, compuesta para quienes deseen perfeccionarse, consta de cuatro partes: pronunciación, sobre los verbos, analogía (resto de categorías gramaticales) y capítulo heterogéneo donde incluye ortografía, ejercicios gramaticales, abreviaturas o citas latinas con su traducción. El Compendio, más sencillo y elemental y destinado a los aprendices, contiene fundamentos de pronunciación, una gramática abreviada, ortografía, abreviaturas, diálogos, modelos de cartas y un “vocabulario tan copioso como útil con la pronunciación figurada en juxtaposición”.
Para redactarlos, Vall Espinosa se sirve de la tradición hispana, fundamentalmente de la Real Academia Española, de quien adapta títulos (gramática y compendio), nomenclatura, estructura, método y tratamiento de la gramática, así como de otros textos habituales en la enseñanza de lenguas para el resto de contenidos. Tanto la Novísima gramática como el Compendio constituyen adaptaciones y reelaboraciones de materiales existentes compuestas teniendo en cuenta las necesidades de los estudiantes puertorriqueños de las últimas décadas del siglo XIX (García Aranda 2020
y 2021).
3.2. Letras y sonidos
El contenido sobre letras y sonidos está presente en las dos obras de Vall Espinosa, lo que evidencia que es un componente imprescindible para aprender a hablar y desenvolverse en la otra lengua. Las primeras páginas de los dos textos están dedicadas a ella (7.0 % del total en el Compendio y 15.1 % en la Novísima gramática):
Zacarías Vall afirma sobre esta parte de su obra que “en la parte de la ortología todo es tan original que creo no es de encontrarse en ningún libro” porque “me he impuesto la hercúlea tarea de hacer lo que algunos califican de imposible: dar reglas para pronunciar correctamente las voces inglesas” (1886: 7). Aunque otros textos gramaticales de inglés confeccionados para y por españoles ya habían intentado compendiar los principales rasgos de la pronunciación inglesa
resultar de gran ayuda para los estudiantes.
En su descripción de la pronunciación inglesa parte del principio fonémico basado en la relación letra-sonido, lo que (si bien para el español es razonablemente efectivo) para el inglés acarrea no pocos problemas. Cuando esta correspondencia no se da, acude a descripciones articulatorias, semejanzas con los sistemas de otras lenguas, lectura constante de la cartilla Mavor’s Royal Spelling Book of the English Language (William Fordyce Mavor 1860), a la labor del profesor y a la continua repetición oral.
Su método es simple: ofrecer “sencillísimas reglas para saber con inteligencia la pronunciación de las letras, las diferentes cantidades de las vocales, los sonidos de los diptongos o las terminaciones”, lo que, en ocasiones, es, como ahora se verá, claramente insuficiente y, a veces, contradictorio.
3.3. Número de letras
Vall Espinosa diferencia entre letras sencillas y letras dobles. Las primeras son 26 (“dos menos que en castellano”), a saber, a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z 21 . Las segundas o dígrafos son: ch-/k/ en anarchy, gh-/g/ en ghost, ph-/f/ en elephant, th-/d/ en the y wh-/ju/ en when (estos últimos, como ahora se verá, necesitan una explicación).
3.4. Vocales y secuencias vocálicas
Los parecidos y diferencias con el vocalismo español caracterizan la descripción articulatoria de las vocales, pues las correspondencias se realizan siempre con las vocales de la lengua materna de los estudiantes.
Dado que ninguna de las cinco vocales del español es exactamente igual a ninguna de las del inglés, Vall Espinosa opta por realizar una correspondencia entre los sonidos más parecidos, a veces sacrificando las diferencias relativas al modo de articulación, otras al lugar o zona articulatoria y otras a la cantidad (por ejemplo /i/-/ɪ/, /a/-/æ/). Podríamos sistematizar las soluciones de Vall Espinosa de la siguiente forma:
1. Equivalencia fónica con las vocales del español en los casos en que no hay correspondencia gráfica:
a. De manera aislada: diferencia entre vocales largas, que asimila a diptongos salvo en el caso de e, y vocales breves, que asimila a las vocales del español (monofonemáticas)
Nota en la tabla 22
b. En contexto: ofrece reglas y excepciones de la pronunciación de las vocales en función del contorno fónico en que aparecen, como en:
En los casos en que la correspondencia no es posible, trata de ofrecer otras fórmulas:
2. Intento de descripción articulatoria; así, por ejemplo, al tratar sobre la a breve, afirma que “no suena como la e castellana, sino que tiene un sonido entre la a y la e, pero se aproxima más bien a la e que a la a” (1886: 15), esto es, la vocal casi abierta anterior no redondeada /æ/ se asimila al modo de nuestra /ä/ y al lugar/zona articulatoria de nuestra /e̞ /.
De igual forma, señala que la u breve “no suena absolutamente como la a castellana, sino que tiene un sonido que no tiene equivalente en castellano y la vocal cuyo sonido está más aproximado es la u […]. Pronunciándola como a, uno se da a entender (1886: 25), de manera que la vocal semiabierta posterior no redondeada del inglés /ʌ/ se asimila a la /ä/ española, vocal abierta central no redondeada (modo y redondeamiento de los labios).
La sílaba ir, en voces como bird, fir o sir, es igualada a er, pues “su verdadera pronunciación no tiene equivalente en castellano” (1886: 22), es decir, la vocal semiabierta central no redondeada inglesa /ɜ/ se asimila a la vocal media anterior no redondeada española /e̞ / (modo y redondeamiento de los labios).
Estas equivalencias con el vocalismo español son para Vall suficientes para garantizar el éxito con sus interlocutores y, por tanto, hacerse entender; así lo manifiesta en varias ocasiones: “[la a breve] pronunciándola como a, uno se da a entender” (1886: 16), “los educandos pueden pronunciarla como queda dicho [er por ir], en la seguridad de que serán entendidos” (1886: 22).
3. Asimilación a los sonidos del catalán. Aunque es frecuente en los textos sobre enseñanza de la pronunciación la alusión a los sonidos de otras lenguas, estas suelen ser el francés o el italiano (García Aranda 2017). Vall Espinosa realiza la asimilación con su lengua materna en los casos de los monosílabos leg, bed (1886: 19) y de “algunas voces” como world, whorl (1886: 23-24) que son igualadas a la “catalana de ell, pell”, es decir, a la vocal semiabierta anterior
no redondeada /ɛ/, inexistente en español.
En el caso de la o larga, inexistente también en español, Vall Espinosa la iguala a la “de los catalanes y valencianos en la voz pou-pozo” (1886: 23), igualando las vocales semiabiertas posteriores redondeadas /ɔ/ de las dos lenguas.
4. Acudir a los hablantes nativos. Vall Espinosa, en varias ocasiones en las que le resulta imposible describir algún sonido, señala que “el propio sonido [la a breve] se debe adquirir únicamente de los que saben el inglés” (1886: 16), “los que aprenden el inglés tendrán que adquirir su propio sonido [de o larga] de los mismos ingleses” (1886:
23) o que “esto [la diferencia entre ee e i] no se puede aprender más que a fuerza de práctica” (1886: 37).
Pese a estos intentos de mostrar regularidad en la correspondencia entre el vocalismo español y el vocalismo inglés a partir de la relación letra-sonido, a veces no le queda más que señalar la imposibilidad de sistematizar los sonidos: así, al tratar sobre la u en determinadas palabras (busy-[bísi], business-[bísnes], bury-[béri]) solo puede concluir que es un “sonido arbitrario” (1886: 25).
Tras estas equivalencias y en su intento de ofrecer “sencillísimas reglas” que ordenen la pronunciación inglesa, Vall Espinosa recoge de manera simplificada los contextos en que aparece cada uno de los sonidos en relación con la estructura silábica de la unidad léxica: en el caso de los monosílabos, la secuencia “VC” origina una vocal breve y “V” es vocal larga; en los disílabos, la secuencia “VC” da lugar a una vocal larga y en la secuencia “VCC” la vocal es breve. De nuevo, la dificultad que entraña la sistematización del inglés en este sentido le obliga a afirmar que “en los trisílabos y polisílabos, las reglas para determinar el sonido de las vocales están más complicadas, inundándose de excepciones” (1886: 27).
Los diptongos y las terminaciones los resuelve de manera parecida y ofrece equivalencias letra-sonido a partir de la igualación en la pronunciación en las dos lenguas. Así, por ejemplo, el diptongo ai lo iguala a ei (paid[péid]), aw a o
(law-[lo]), ee a i (knee-[ni]), oa a ou (coach-[couch]), oo a u (true-[tru]) y ui a u (suit-[sut]), la terminación -stle dice que se pronuncia como -sal (castle-[cásal]), -our como -a (arbour-[árba]), -age como -ach (adage-[édach]), -tial como -shal (partial-[pársahal]) y -cious como -shas (conscious-[cónshas]). Una vez más, las reglas generales van acompañadas
de numerosas excepciones en forma de listas de palabras y precisiones 23 para atender, de manera completa y pretendidamente uniforme, la realidad fónica del inglés.
PRONUNCIACIONES FIGURADAS
Los problemas que acarrea compendiar la fonética inglesa en unas pocas reglas hacen que las pronunciaciones figuradas se conviertan en útiles auxiliares para el aprendizaje de la lengua oral, especialmente para los alumnos principiantes. Algunas de las pronunciaciones figuradas que propone Vall Espinosa son las siguientes:
Estas igualaciones entre los dos sistemas nacen, por un lado, del deseo de presentar de forma sencilla y pedagógica la pronunciación inglesa y, por otro, del objetivo primordial con el que Vall Espinosa plantea su método: la comunicación (oral) efectiva. A partir de sus propuestas, se pude realizar la siguiente equiparación entre las vocales del inglés y las vocales del español:
a. la vocal abierta posterior no redondeada /ɑː/, la vocal casi abierta anterior no redondeada /æ/, la vocal central media (schwa) /ə/ y la
vocal semiabierta posterior no redondeada /ʌ/ del inglés se igualan a la vocal abierta central no redondeada /ä/;
b. la vocal casi abierta anterior no redondeada /æ/, la vocal central media (schwa) /ə/ y la vocal semiabierta anterior no redondeada /ɛ/
del inglés se igualan a la vocal media anterior no redondeada /e̞/;
c. la vocal casi cerrada semianterior no redondeada /ɪ/ y la vocal larga cerrada anterior no redondeada /i:/ se igualan a la vocal cerrada
anterior no redondeada /i/;
d. la vocal casi abierta posterior redondeada /ɒ̝/, la vocal semiabierta posterior redondeada /ɔ/ y la vocal casi cerrada semiposterior
redondeada /ʊ/ se igualan a la vocal media posterior redondeada /o ̞ /;
e. la vocal casi cerrada semiposterior redondeada /ʊ/, la vocal larga cerrada posterior redondeada /u:/ y la vocal semiabierta posterior no redondeada /ʌ/ se igualan a la vocal cerrada posterior redondeada /u/.
En función de la palabra y del contexto, el ajuste vocálico neutraliza o bien el modo articulatorio, o bien la zona articulatoria, o bien el redondeamiento labial (no pertinente en español por estar asociado al rasgo [+velar], pero distintivo en inglés).
3.5. Las consonantes
La caracterización articulatoria de los sonidos consonánticos es muy breve y se limita a unas pocas consonantes, pues “todas las demás consonantes suenan como en castellano” (1886: 29). Diferencia entre letras simples y letras dobles (dígrafos). De las primeras solo comenta las diferencias articulatorias en las dos lenguas de c, g, h, z, w, f, r y s.
Las secuencias ce, ci no se pronuncian como interdental /θ/ al igual que ocurre en español europeo, sino que se deben pronunciar con el “sonido que le aplican los hispano-americanos, que quiere decir que suena como s, cecil-[sésil]”, esto es, como /s/ fricativa alveolar sorda, que en las pronunciaciones figuradas aparece como [s]. Los grupos ge, gi (y j) en
vocablos con “consanguinidad con otros castellanos (ginger, gent, gentle)” presenta un “sonido suave, como la pronuncian los catalanes y valencianos” (1886: 30-31), es decir, como una africada postalveolar sonora /dʒ/, que en las pronunciaciones figuradas aparece como [j] (un jarro, a jug, [jag]), imponiendo la grafía, o como [ch] (africada palatal sorda) en posición final (imagen, image, [imach], juez, judge, [jádch]). De h solo señala que es una “aspiración más tenue” que la castellana (1886: 31), lo que parece indicar que se trata de una glotal (fricativa sorda) y no una velar como la española; la representa en las pronunciaciones figuradas como [j], la grafía de la fricativa velar sorda /x/ española. La z, sonido fricativo alveolar sonoro /z/, es, según Vall Espinosa, “especial” y solo puede aprenderse de los ingleses
o de los catalanes; su representación en la pronunciación figurada es [s] (lagarto, lizard, [lisard]), asemejándola a la sorda española. La w¸ sonido aproximante velar sonoro /w/, es caracterizada como “u larga” (1886: 13 y 35), seguramente para evitar que se articule como velar /g/, “se cuidará de no pronunciarla como si fuera gu, como sucede con la mayor parte de los extranjeros que aprenden inglés” (1886: 35) 24 .
Aunque el resto de consonantes son igualadas a las españolas, Vall Espinosa se ve en la obligación de incluir una serie de observaciones en algunos casos puntuales: de f señala que en la preposición of suena como v, esto es, como una fricativa labiodental sonora /v/ (inexistente en español); de r dice que es siempre suave, es decir, aproximante alveolar (y no rótica/vibrante como la española) y de s señala su pronunciación “fuerte”, léase sorda, “igual a la castellana” y su pronunciación “suave” como la inglesa o la catalana, esto es, sonora /z/ (1886: 34).
Los dígrafos que necesitan una explicación o aclaración son, según Vall, ch, gh, ph, sh, th y wh. El primero representa dos sonidos: suave “como en castellano” o africado palatal sordo /tʃ/ y fuerte u oclusivo velar sordo /k/ en palabras como anarchy, valor que la Academia había recomendado suprimir en 1754 (segunda edición de su Ortografía) 25 . Los dígrafos gh y ph se igualan, respectivamente, a /g/ velar sonoro y /f/ fricativo labiodental sordo 26 . El sonido fricativo postalveolar sordo /ʃ/, representado por sh, es calificado de “peculiar”, peculiaridad que “solo se puede adquirir de los que conocen el inglés” o que suena como “la equis catalana en las voces esquixá (romper), texidor (tejedor)” (1886: 12) 27 . En el caso de th, la existencia en inglés de
un sonido fricativo dental sonoro /ð/ que suena “entre una zeta y una de” y que no existe en español es la responsable de que aconseje a sus alumnos “hasta que no se adquiera se puede pronunciar como d, en la seguridad de ser entendidos” (1886: 12), soluciones parecidas a las que proponía al tratar el vocalismo. Finalmente, wh es igualado a la secuencia ju en voces como when, whip, tal vez para, por un lado, indicar su pronunciación como semiconsonante/paravocal/deslizada (aproximante labiovelar).
Estas descripciones articulatorias del consonantismo se completan con numerosas reglas y excepciones en las que se da cuenta de los contornos y palabras en que las consonantes se pronuncian y en aquellos en que son mudas. Así, por ejemplo y teniendo muy presente la lengua materna de los estudiantes, se advierte que las consonantes en posición final deben articularse “distintamente”, especialmente en los casos de m (que no se pronuncie como n, única consonante nasal que es final de palabra en español) y de k y t (omitidas en castellano en situación implosiva o posición de coda
por la tendencia en español a la estructura silábica CV).
De igual modo, señala que b es muda cuando va precedida de m o seguida de t (bomb, bomba, [bom], debt, deuda, [det]), que g delante de m y n iniciales o finales no se articula (sign, señal, [sáin], gnat, moscón, [net]), que h no se pronuncia en una serie de palabras (heir, heredero, [ea], hour, hora, [áua], honour, honor, [óna], sigh, suspiro, [sái]), que l es muda en unas cuantas palabras (would, [wud], half, mitad, [jáaf], talk, hablar, [tóok]), que r no se pronuncia en VrC (lord, señor de título, [lóod]) o Vre (fire, fuego, [fáia]), que s es muda en un grupo de palabras (island, isla, [áiland], islet,
islote, [áilet]) o que t no se articula en las sílabas finales -ften, -stle, -sten (often, a menudo, [ófan], pestle, mano de mortero, [pésal]), aclaraciones que resultarían valiosas para el estudiante español, acostumbrado a un sistema
gráfico en que cada letra representa un sonido.
PRONUNCIACIONES FIGURADAS
Lo dicho hasta aquí resulta claramente insuficiente para aprender la pronunciación del inglés, por lo que las pronunciaciones figuradas que presenta Vall Espinosa se convierten en un recurso muy útil para los estudiantes, si bien el propio autor reconoce las limitaciones de sus propuestas a las que caracteriza de “sonidos aproximados” 28 . Sus pronunciaciones figuradas se construyen a partir de transcripciones que suelen coincidir con las grafías españolas, aunque con algunas salvedades: se sirve de sh, w y j/g con “la letra gorda” cuando están “en condiciones de llevar una pronunciación diferente de la que llevan en castellano” (1886: 9), esto es, cuando representan a palatales y no a velares.
A partir de estas consideraciones, se puede afirmar que Vall Espinosa dibuja un sistema fonológico del inglés formado por los siguientes segmentos:
• Labiales: oclusivo sonoro bilabial /b/ representado ortográficamente por b y fónicamente por [b] (september-[septémba]), fricativo
labiodental sonoro /v/ representado por v-[v] y por f-[v] (november[novémba], veil-[véil], live-[lív], a quarter of an hour-[e cuorta ov en áua]), oclusivo bilabial sordo /p/ representado por p-[p] (april-[éipril]), fricativo labiodental sordo /f/ representado por f-[f] (four-[fóa]);
• Dentales: oclusivo sordo /t/ representado por t-[t] (turtle-[tártal]), oclusivo y fricativo sonoros /d/ y /ð/ representados por d-[d] (death[dez], brigadier-[brígadía], the-[di]), fricativo interdental sordo /θ/ representado porth -[z] (thimble-[zímbal], thumb-[zamb], thrush[zrash]), fricativos alveolares sordo /s/ y sonoro /z/ representados por s-[s] (seal-[síil], prison-[prísan]);
• Palatales: africado palatal sordo /tʃ/ representado por ch-[ch] (march-[march], chickens-[chícans]), africado palatoalveolar
sonoro /dʒ/ representado por j y g en negrita (january-[jénuari], july-[júlai], passengers-[péssanjas]) o por [ch] en posición final
(village-[vilach]), fricativos palatoalveolares sordo /ʃ/ y sonoro /ʒ/representados por ch, sh, si-[sh] (chemise-[shemís], incushion[píncushan], provisions-[províshans], shop-[shop]) y aproximante palatal sonoro /j/ representado por y-[i], [y] (a year-[e íia],
yesterday[yésterde]);
• Velares: oclusivo sonoro /g/ representado por g-[g] (goat-[góut]), oclusivo sordo /k/ representado por k, c, qu-[k], [c], [qu], con
adaptación a la norma ortográfica del español, (monkey-[mónki], turhey-[tárki], camel-[quémal], candle-[quéndal], cayene-[queín],
carrots-[quérots] vicar-[víca], pork-[porc]) y aproximante sonoro /w/ representado por w, wh-[u], [w], [ju] (walrus-[uólras], wood[wud],
witch-[uitch], Whitsunday-[juítsande], walnuts-[wólnats], woman-[uúman]);
• Glotal: fricativo /h/ representado por h-[j] sin cursiva (hat-[jet], hound-[jáun], horse-[jors]);
• Nasales: bilabial /m/ representado por m-[m] (mule-[míul]), alveolar /n/ representado por n-[n] (lion-[láian]) y velar /ŋ/ representado por [ng] (lungs-[langs], strong-[strong], long-[long]);
• Aproximante alveolar sonoro /ɹ/ representado por r, rr-[r] (lark-[lark], sparrow-[spéro], parrot-[pérot]);
• Lateral alveolar sonoro /l/ representado por l, ll-[l] (lady-[léidi], pencil-[pénsil], gall-[gol], umbrella-[ambréla])
3.6. Los homógrafos
El último apartado del capítulo dedicado a las letras trata sobre algunos homógrafos (que no homófonos). En forma de sencillas reglas, Vall Espinosa intenta ofrecer las diferentes pronunciaciones para bow ([báu]-‘encorvarse’ vs. [bóu]-‘arco’), dream/dreamt ([drim]-‘soñar’ vs. [dremt]-soñado), deal/dealt ([dil]-‘tratar’ vs. [delt]-‘tratado’), hear/heard ([jía]-‘oír’ vs. [herd]‘oído’), live ([liv]-‘vivo (verbo)’ vs. [laiv]-‘vivo (adjetivo)’), prayer ([préa]‘oración’ vs. préya]-‘rogante’),
reading ([reding]-‘Reading (topónimo)’ vs. [riding]-‘leyendo’) o shower ([shówa]-‘el que enseña una cosa’ vs. [sháua]‘aguacero’), entre otras.
3.7. Rasgos suprasegmentales
Vall Espinosa identifica el acento con el énfasis mayor (tal vez haciendo referencia a la mayor fuerza, intensidad o relieve) que recibe la sílaba tónica al ser pronunciada. Dado que en inglés no se marca ortográficamente, reconoce que solo puede aprender “por medio de la práctica” y ofrece algunas indicaciones de las tendencias en inglés.
CONCLUSIONES
La obra de Zacarías Vall Espinosa muestra la labor de un profesor de lenguas que, preocupado por la formación de sus alumnos, decide, adaptando diversas fuentes, componer una Novísima gramática y un Compendio (textos no prototípicos) que reunieran en sus páginas diferentes contenidos con distintas funciones pedagógicas que satisficieran las necesidades que imponía el contexto educativo, político y social del Puerto Rico decimonónico.
Su conocimiento del español y del inglés, su experiencia como profesor de lenguas, sus lecturas, su formación y sus viajes a EE. UU., donde debió familiarizarse con los métodos enseñanza de lenguas en boga, motivaron la estructura y la selección de los materiales que constituyeron sus obras. La descripción de la pronunciación muestra su deseo de simplificar y depurar contenidos, eliminando los superfluos e incluyendo solo aquellos que pudieran resultar útiles y prácticos para sus alumnos (tal y como, por otro lado, había hecho otros gramáticos antes que él), que siempre estarían acompañados del profesor para mejorar su práctica oral.
Las pronunciaciones figuradas que idea para sus alumnos son una buena muestra de la adaptación de los sistemas gráficos y fónicos del inglés y del español, de los problemas que ello plantea y de las soluciones que pueden ofrecerse con el único objetivo de adiestrar a sus alumnos en la competencia oral.
La obra de Vall Espinosa, en definitiva, constituye un capítulo de la historia de la enseñanza de idiomas y de la historia textual de Puerto Rico, en donde tradición e innovación se unen para:
inventar un nuevo método, distinto de cuantos han llegado a mi conocimiento […] una colección de reglas, ejemplos, ejercicios, etc.,
que he puesto por escrito (casi podría decir sin excepción) en virtud de las dificultades que se me iban presentando durante el largo curso que voy ocupando la cátedra de un idioma que, indisputablemente, es el más útil para los hispano-americanos, excepción hecha del suyo propio (7 y 8).
Resumen:
INTRODUCCIÓN
1. CONTEXTO
1.1. La enseñanza de inglés en el Puerto Rico decimonónico
2. BIOGRAFÍA DE ZACARÍAS VALL ESPINOSA
3. LA ENSEÑANZA DE LA PRONUNCIACIÓN
3.1. La pronunciación en la obra de Vall Espinosa
3.2. Letras y sonidos
3.3. Número de letras
3.4. Vocales y secuencias vocálicas
PRONUNCIACIONES FIGURADAS
3.5. Las consonantes
PRONUNCIACIONES FIGURADAS
3.6. Los homógrafos
3.7. Rasgos suprasegmentales
CONCLUSIONES